Seguidores

lunes, 16 de marzo de 2015

Que quiere decir...

Que quiere decir... Creo que es una frase básica en el vocabulario de un profesor. En ocasiones olvidamos a quien estamos hablando y pecamos de tratarlos cómo más niños de lo que son, o por el contrario, pensar que estamos ante personitas más adultas.

Mi forma de dar las clases me hace tener clarísimo que estoy en un colegio (podéis aplicarlo a institutos), y que por tanto, mi vocabulario debe de ser el más adecuado posible, utilizando en la medida de lo posible un vocabulario rico y culto. Pero, aquí podemos encontrarnos un problema. Los niños no preguntan por vergüenza a hablar en público y por miedo a equivocarse. Nuestra labor es tirarles de la lengua y hacerles participar. De ahí que ayer os invitase a "perder" esos días al principio. 

Cuando me preparo una clase, introduzco una serie de palabras que los niños normalmente desconocen, nunca más de tres. No quiero hacerme el superculto, quiero que las aprendan y que las utilicen. En este punto se hace obligatoria la frase que quiere decir... Si cometo el error de pensar que los niños van a preguntarme todas sus dudas, entonces estoy dando una clase inútil. Hay que ser realistas, nosotros tampoco lo hacíamos.

Ahora sitúate en la tarde de antes. Te sientas, ves el temario, ves como vas a enfocarlo y piensas que palabritas vas a enseñar (evidentemente ¡esto es aplicable a cualquier lengua!). En este punto, tienes que valorar cómo vas a explicar su significado. No sirve de nada ser la RAE con patas, de absolutamente nada. Necesitan ejemplos, necesitas usarlo, necesitan sentirlo útil.

Y ¿cómo se utiliza este vocabulario? Pues volvemos a lo mismo, "perdiendo el tiempo" con debates y exposiciones. La persona que pierde el miedo a hablar en público y que pierde el miedo a equivocarse, tiene mucho ganado en esta vida. Tenemos que inculcar eso desde el primer minuto. ¿De qué sirve que sepa analizar oraciones perfectamente si después no sabe expresar sus deseos o sus opiniones? ¿De qué sirve que sepa cuándo se descubrió América, si no sabe respetar la opinión de los demás? ¿De qué le sirve un sobresaliente, si va a salir de la clase igual que entró? Pensadlo dos minutos, por favor.

Para acabar enumero una serie de actividades y juegos que podemos adaptar a nuestro curso y, más importante todavía, a las necesidades educativas de nuestros niños. 

  • Competición de diccionario: decir una palabras para que la busquen lo más rapido posible. Al encontrarla deben levantar la mano en silencio.
  • Debate: se propone un tema (si son suficientemente mayores, lo eligen ellos) y se organizan los grupos de opinión. Damos unos minutos para que preparen sus argumentos u opiniones y se pone en común. 
  • Asambleas: parecido a los debates, pero expresamos lo que nos preocupa, para que el grupo ayude a normalizarlo. 
  • Tutorías: los alumnos preguntan sus inquietudes al profesor. 

Si conseguimos que los niños sean capaces de expresarse, dar opiniones, respetar las contrarias y utilizar cada vez un vocabulario más completo, podemos estar satisfechos, pues en la asignatura más importante, la vida, estarán perfectamente preparados.

domingo, 15 de marzo de 2015

El primer dia

El primer día de un trabajo nunca es fácil. Los días anteriores se producen una serie de sensaciones y sentimientos que debemos controlar y hacernos fuertes ante la nueva situación. Esto depende de cada uno de nosotros, y varía en función de la experiencia. 

El primer día de clase absoluto es aquel en el que nos quedamos por primera vez solo ante el peligro, es decir, nuestro verdadero primer colegio como maestros. Recordaréis siempre como el jefe de estudios o director te dice "bueno, esta es tu clase, mucha suerte. Luego hablamos". Y la puerta se cierra sin piedad. Y ahora sí, estás solo. Bueno, estás solo si tú quieres, porque ante tí tienes a más de 28 personitas que te miran fíjamente y que si quieres te ayudarán.

Desde este momento debes tener en tu mente dos palabras clave: calma y control. Y esto lo digo siendo plenamente consciente de que verdaderamente lo que tendrás (o has tenido) es: nervios, desconcierto, agobio y, probablemente, ansiedad. ¿Dónde está todo aquello que aprendí en la carrera y que repetí de memoria en la oposición? La respuesta es calma y control. 

Llegados a este punto, no cometas el error de lanzarte a la maravillosa aventura del saber, por favor. Centrémonos. Acabas de llegar a clase, no conoces a nadie, no conoces los libros (o si tienes suerte, los proyectos), no conoces el horario... utiliza el sentido común. JUEGA con ellos. Sean de primero de Primaria o de la ESO, da igual, de verdad. Confía en mi. 

Con el paso de los años te das cuenta que esos pequeños guerreros recuerdan tu primer día meridianamente (que significa con total claridad), haz que ese día sea significativo. Hazles disfrutar, aprovecha y marca las líneas a seguir, asegúrate de que saben hasta donde pueden llegar y donde JAMÁS deben pasar (pues eres su profesor, su maestro, su guía, NO su amigo). No hay prisa, los libros pueden esperar, los niños no. 

Hazles reir, no tengas miedo. Hazles que mañana vuelvan con ganas al colegio, créales esa motivación. No es difícil, eres su ejemplo, su espejo. Añado dos palabras clave: POSITIVISMO Y ALEGRÍA. Poco a poco te vas a dar cuenta de que no es difícil, es vocación. No hace falta grandes medios para crear una clase grande. 

Por otro lado, puede ser que ya no seas nuevo en esto. Que estés curtido en mil doscientas treinta y dos batallas (hasta que me hice profe de primaria creo que no escribi ningún número con letras), pero como bien sabrás, la ilusión no cambia (si desaparece, haz el favor de dejar paso a los que la tienen), ni las dudas, los nervios... pero volvemos a lo mismo, calma y control.

Juega con ellos, analiza la situación, busca sus centros de interés, sus dudas, habla. Conócelos, que te conozcan. Crea ese vínculo que durará mientras estés con ellos, sea un curso entero o simplemente un dia. Nunca tengamos prisa. Lo agradeceremos. 

Tengo clarísimo que "perder" dos o tres días en crear unos hábitos de trabajo, explicar las líneas a seguir y enseñarles a que la educación y el aprendizaje es cosa de alumnos y profesores, al 50%, hará que en muy poquito tiempo veas los frutos de esos días perdidos.
 


Cuando se cierre la puerta y veas que empieza todo, respira fuerte y recuerda CALMA + CONTROL + POSITIVISMO + ALEGRÍA = ÉXITO

sábado, 14 de marzo de 2015

¿Enseñar o Educar?

¿Enseñar o educar? Es una pregunta que a simple vista es tan sencilla que, normalmente, lleva a no encontrar una respuesta clara. Como me gusta decir en clase, ante una duda, debemos buscar la información. Vamos a ver que nos dice la RAE:

enseñar.
(Del lat. vulg. insignāre, señalar).
  1.   tr. Instruir, doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos.
  2.   tr. Dar advertencia, ejemplo o escarmiento que sirva de experiencia y guía para obrar en lo sucesivo.
  3.   tr. Indicar, dar señas de algo.
  4.   tr. Mostrar o exponer algo, para que sea visto y apreciado.
  5.   tr. Dejar aparecer, dejar ver algo involuntariamente.
  6.   prnl. Acostumbrarse, habituarse a algo.
educar.
(Del lat. educāre).
  1.   tr. Dirigir, encaminar, doctrinar.
  2.   tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.. Educar la inteligencia, la voluntad.
  3.   tr. Desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas para su fin.
  4.   tr. Perfeccionar, afinar los sentidos. Educar el gusto.
  5.   tr. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.
Muchas veces confundimos ambos conceptos y nos lleva a, realmente, no saber que estamos haciendo y no saber como actuar con garantías. Debemos dejar claro que el proceso de enseñanza-aprendizaje no es un proceso de un día. Es algo tan grande que perdura durante toda la vida de una persona. Por otra parte el proceso de educación, es algo que debemos enseñar en etapas tempranas, pero mantener a lo largo de toda la vida. 

Entonces ¿quien enseña? ¿los profesores? ¿y educan los padres? ¿puede ser al revés? ¿y si uno de esos pilares falla? 

Todas estas preguntas se contestan rompiendo el muro que separa el colegio de la casa (muro metafórico, ¡parad las máquinas! que nadie aparezca con picos para derribar nada, por favor). Si conseguimos normalizar la relación con las familias, todo el proceso tomará una nueva dimensión y observaremos un cambio total en la predisposición de los niños. Y sé perfectamente que en ocasiones no es una tarea fácil. Hay padres muy dispuestos a involucrarse y otros a los que les cuesta mucho más. Ahí tenemos nuestra primera gran tarea. Demostrar que la enseñanza y la educación no es dividir las tareas entre colegio y casa, sino que el colegio y el hogar están bien unidos. También es fundamental marcar las distancias mínimas. Establecer la línea que delimita el HASTA AQUÍ. Si olviamos poner ese límite estaríamos perdidos.


En resumen, educar y enseñar es nuestra labor, pero no podemos hacerlo totalmente solos. Necesitamos la ayuda de las familias. Si queremos hacernos los heroes y lanzarnos a la aventura de hacerlo solos, probablemente estaremos haciendo un camino cuesta abajo y sin frenos hacia un muro gigante. Perdamos el miedo a las familias, pues nuestra vocación de enseñar debe ser complementaria a su obligación de educar.

¿Qué es el AULA DE FRAN?

Lo primero de todo, como en cualquier situación de la vida, es presentarme. Como es evidente, me llamo Fran. Soy maestro interino de primaria desde Junio de 2010 por oposición, habilitado en Educación Fisica por la carrera universitaria y tengo el diploma de Mestre en Valencià y la DECA.

Trabajo para la Conselleria d'Educació de la Comunidad Valenciana, aunque en realidad, me gusta más decir que trabajo para los niños de los centros que tengo que visitar.  

A lo largo de los años se va ganando experiencia en todos los ámbitos. Como podéis imaginar, este Fran no es el mismo que el que entró en su primer aula allá por Abril de 2011. Actualmente me veo capacitado para poder AYUDAR, EXPLICAR Y COMPARTIR todo aquello que creo que puede serle útil a cualquier maestro o profesor, porque no quiero centrarme en materiales didácticos, sino que me gustaría centrarme más en el trato humano hacia nuestros alumnos.

Para iniciar un proyecto como este, he planteado una serie de objetivos que espero cumplir. Ya que soy maestro, aprovecharé mis conocimientos para autoevaluarme, teniendo en cuenta las opiniones de todos los que quieran colaborar. La idea es hacer un blog abierto, en el que exista una ayuda bidireccional, ya que yo no soy el gurú de la educación y creo que, por suerte, me queda mucho por aprender. 

"No es mejor maestro el que más sabe, sino el que mejor enseña."